Brindar apoyo a la comunidad migrante es un reto de múltiples facetas, urgentes todas. Decir que es un reto complejo no refleja la necesidad tan diversa y profunda que implica este proyecto, el cual, desde sus inicios, no ha parado de crecer y brindar un apoyo integral a los migrantes.
En el año 2004, la comunidad parroquial encabezada por el Pbro. Luis Eduardo Villarreal tomó la decisión de comenzar con la misión de brindar un espacio seguro para los migrantes nacionales o provenientes de otros países, que lleguen a la zona metropolitana de Monterrey de paso o para establecerse. En 2008, la casa recibió a los primeros migrantes; en 2010 se hospedaron en ella 770 personas; en 2017, más de 2000; y en 2021, 6,888 (Casanicolás, 2022).
El recibimiento que se les brinda va más allá del asistencialismo a los migrantes: en el último Informe Anual se especifica que, junto con el hospedaje y la alimentación, reciben acompañamiento espiritual, ropa (que simboliza redignificación), internet abierto, servicios de salud, atención psicológica. Además, reciben apoyo jurídico de acuerdo con sus necesidades particulares y talleres semanales de orientación migratoria comunitaria.
Acoger, proteger, promover e integrar son las cuatro directrices que organizan el trabajo de Casanicolás, según lo aconseja el Papa Francisco. Así se recibe a los huéspedes que llegan con sus historias a cuestas, todas únicas y todas marcadas por el dolor. Así se les brinda esperanza y un espacio seguro, de reposo.
El objetivo del desplazamiento con frecuencia es motivado por la búsqueda de una mejor calidad de vida y una estabilidad laboral en Estados Unidos, pero las políticas migratorias implican un freno a esta movilidad. El programa Quédate en México, recientemente cancelado, obligaba a los migrantes a esperar en México la resolución de sus trámites de solicitud de asilo y su cancelación no resuelve la necesidad que viven estas personas.
Los migrantes son especialmente vulnerables, por su situación de “no ciudadanos”, ante extorsiones de grupos criminales y ante redes de trata de personas. Esta condición deja expuestos a los servidores más visibles, como su fundador y su directora, a amenazas y acciones de intimidación. El acoso de los grupos delictivos es otro factor que vuelve más delicado el trabajo que se realiza en el albergue (Casanicolás, 2022).
La pandemia trajo retos particulares en un entorno en el que el 80% de los albergues cerraron, en un tiempo en el que no había vacunas, las recomendaciones y solicitudes de las instancias oficiales no correspondían con los apoyos otorgados y la necesidad sobrepasaba la capacidad física de la casa: el Consejo decidió continuar con la atención, adaptarla y diversificarla, así que se ajustaron los reglamentos para poder continuar con el servicio (Casanicolás, 2022).
Desde sus inicios esta organización ha contado con la participación ciudadana y el apoyo de diversas instituciones, así como de profesores del Tec de Monterrey que decidieron unirse a esta noble labor. Entre ellos, el Dr. Rafael Modesto de Gasperín, quien es miembro del Consejo de Casanicolás y Fundador de la Asociación Civil Solidaridad en el Éxodo (SEAC), la cual auspicia y patrocina el albergue. Además del personal que ahí labora, alumnos del Tec de Monterrey y otras universidades realizan en el albergue voluntariado, servicio social o prácticas profesionales.
Como puede observarse, la misión de Casanicolás es particularmente difícil, pero son las personas que se comprometen quienes han consolidado su labor, igual de vulnerable que la de las y los migrantes que atienden. Gracias a la participación ciudadana y a las asociaciones civiles que colaboran, este apoyo se elevará de atención a 100 migrantes en Casanicolás a 400 en Casa San Martín, un nuevo albergue para compartir más esperanza.
Es complicado dimensionar la ayuda reflejada en el informe 2021: 800 despensas, 27574 desayunos, comidas y cenas; 13776 prendas de ropa, 20664 kits de cubrebocas y productos de higiene, sanitizaciones y fumigaciones mensuales; 509 dinámicas de contención terapéutica y formativas; convivencias. Es imposible imaginar lo que este apoyo significa para sus destinatarios. Es imposible calcular el valor de la tranquilidad de un huésped.
Referencia
Casanicolás. (2022). Informe Anual 2021. Del éxodo a la acogida: narrativas migrantes desde Casanicolás.
Casanicolás. Casa del migrante, solidaridad en el éxodo. https://www.casanicolas.org/