Es normal invitar conferencistas con tesis, investigaciones especiales o con trabajo de campo a participar en las unidades de formación para traer conocimiento situado y nutrir la cátedra, también para que las y los estudiantes puedan conocer otras perspectivas, estilos de vida y de ahí se genere un movimiento intelectual y emocional.
Para la materia Ecofeminismos y humanidades ambientales, se abrieron conversaciones desde dos lugares de enunciación diferentes: se invitó a la Dra. Ana Valdivia, profesora en Inteligencia Artificial (IA), Gobierno y Política en el Oxford Internet Institute, y a la colectiva de base comunitaria Mujeres de la Tierra, mujeres indígenas que defienden la Tierra y que siembran y cosechan en Milpa Alta. La primera conversación se llevó a cabo desde Campus Ciudad de México con transmisión a toda la Región CDMX, y la segunda fue una activación en Campus Santa Fe y en Campus Ciudad de México.
Ana Valdivia ofreció una perspectiva desde la IA para analizar el impacto de esta en la tierra, el agua y los recursos naturales; concluyó con la frase: “¿para qué le va a servir a la humanidad tener reconocimiento facial si no puede garantizar la autonomía alimentaria en gran parte del mundo?”.
Por parte de Mujeres de la Tierra, cuatro de sus miembros impartieron una conferencia y un taller de elaboración de tortillas. Hablaron sobre los procesos de siembra y cosecha, sobre las violencias a las que se enfrentan todos los días por ser mujeres indígenas y la importancia de considerar sus saberes como válidos para actuar en favor de la vida.
Al terminar ambas intervenciones, se solicitó a las y los estudiantes una Cosecha de las charlas, que son reflexiones escritas; tanto en CCM como en CSF la mayoría de las y los estudiantes expresaron lo importante que fue contar con el conocimiento de las Mujeres de la Tierra, no ver el trabajo de las personas que producen el alimento en un texto, en un video o en una presentación de las profesoras, sino escuchar la cosmovisión, tocar el maíz y la masa, usar un fogón y comer y compartir alimentos; un aprendizaje compartido que fue detonador de otras emociones y, en general, una muy grata experiencia.
De la conferencia de Ana, rescataron el valor de problematizar las ideas de desarrollo y la desmitificar la falsa idea de que la tecnología puede resolver cualquier problema, sobre todo porque fue una mujer de ciencia quien les invitó a hacer tal reflexión.
Para el trabajo de las Humanidades, es necesario reconocer otras epistemes que dan la posibilidad de articular reflexiones, generar ideas y, en general, hacer uso de la inteligencia colectiva para entender las violencias, la paz, la colaboración y la posibilidad de generar proyectos desde un lugar neutro que reconozca el valor de todas las personas; no todo el conocimiento está depositado en los dispositivos del mundo occidental.
Como Tecnológico de Monterrey, tenemos la obligación de abrir esos espacios de saberes y colaboración.