Amelia Valcárcel, filósofa española y vicepresidenta del Real Patronato del Museo del Prado, inició el desarrollo del tema de su seminario haciendo alusión a la pandemia que se desató en el mundo entero hace apenas un par de años y que hizo recordar las pestes anteriores que ha sufrido la humanidad y sus consecuencias. Enseguida, hizo larga referencia al relato del fin del mundo más importante de la tradición occidental: el "Apocalipsis” de San Juan. Durante dos días se analizó el relato del fin del mundo que ha acompañado a la humanidad, de dónde ha venido y lo que ha producido.
Amelia inició hablando de las tradiciones sumerias y babilonias, las cristianas y la idea de que el pasado ha sido mejor. A partir del siglo XVII la idea empezó a cambiar postulando que el mundo mejor está en el futuro, y el tema de la innovación tuvo sentido cuando las formas religiosas empezaron a reorientarse a raíz de imaginar un futuro de destrucción.
Después de leer el texto de San Juan que se instituyó con dificultad como un texto canónico, Valcárcel mostró la pintura de El Bosco, Tríptico de las tentaciones de san Antonio, y explicó las imágenes que aparecen de la destrucción y las marcas que anuncian la desdicha.
Mencionó las ideas de la vida eterna del cristianismo y la creencia de que Dios resucitará a todos en el último día. La filósofa aludió a la obra de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, El juicio final, en la que podemos ver a un Dios joven, Dios hijo, en actitud de condena.
Además de las fuentes judías sobre el apocalipsis, están también las fuentes filosóficas. Hizo hincapié en que la idea de apocalipsis está tan arraigada porque muchas civilizaciones han desaparecido y tenemos memoria de ello. Citó a los presocráticos y las tradiciones del mundo grecolatino: el mundo es cíclico, se construye y se destruye infinitamente, y desde siempre ha existido porque el tiempo y el mundo son eternos. En ese sentido, el mundo acabará por el fuego, “expioris”, según los filósofos estoicos.
En la primera sesión expuso varios fragmentos de música, como el "Die Irae" del Réquiem de Mozart, muy presente en la tradición cristiana. También mostró libros Beatos llenos de imágenes de antes del año 1000 que narran el apocalipsis.
Como parte de las referencias, en la segunda sesión se analizó El cordero místico de Jan Van Eyck, ese cordero que es el único que puede abrir el séptimo sello, y algunas imágenes del “Apocalipsis” de san Juan, como los cuatro jinetes. Amelia señaló la imagen del Anticristo como una imagen significativa que nos sirve para entender el mundo.
En esta segunda sesión se hizo referencia al cine y su relación con la música para la creación de imágenes del fin del mundo, como la "Cabalgata de las valquirias" de Wagner en la película Apocalypse Now de Coppola. También hizo una revisión de la cinematografía que recurre al tema de la catástrofe final de manera constante.
Desde sus orígenes, la civilización occidental ha imaginado la idea del fin del mundo para orientar sus acciones. Las diferentes épocas han contemplado la posibilidad del apocalipsis desde diversas ópticas y lenguajes. Este seminario sienta las bases para un análisis profundo desde todas las manifestaciones artísticas posibles.
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